Uno de los retos históricos del desarrollo rural, y que en varios tópicos aún se mantiene como un tema de agenda pendiente, es la generación de conocimiento. Este conocimiento no solo debe estar validado y sistematizado, sino que, a la vez, debe ser universalmente práctico y aplicable a la heterogénea realidad del mundo rural, que alberga diferentes regiones, pisos ecológicos, y diferentes tipos de productos y productores.