Soy fanático declarado de Mar de Copas desde hace unos 14 años, los he seguido junto a la lista por pubs, discotecas, auditorios y todo lugar donde podía disfrutar sus melodías, sus letras y la voz y ritmo que son el sello definitivo de una de las agrupaciones más sólidas y duraderas de la escena rockera local.
Por diferentes motivos dejé de frecuentarlos unos años pero el lanzamiento de sus nuevos 02 CDs “Seis” y “Lado B” me pareció una oportunidad de lujo para retomar el contacto y volver a corear / cantar – digo, es un decir en realidad mencionar que yo “canto” es poco menos que un eufemismo muy optimista – sus canciones.
Empecemos el análisis
Me apoyaré en la malísima experiencia de servicio que representó el Concierto del Sábado 31 de Agosto en el Centro de Convenciones de Claro en San Miguel para desarrollar un análisis de los vacíos de Marketing que el grupo tiene que resolver en el corto plazo si desea que, como producto, como marca, como servicio, logre un desarrollo comercial que lo haga sostenible para beneplácito de todos los que disfrutamos con su música.
Comencemos señalando que, en términos de Marketing de un grupo de música, tenemos un producto y un servicio:
El grupo mismo es el producto y el concierto programado es el servicio, pero por las características propias de este mercado, conciertos de rock, existe entre ambos una simbiosis muy fuerte, casi monolítica, por lo que pueden verse de manera separada pero deben ser concebidos como un todo.
A pesar de los años transcurridos, de la salida de Félix Torrealba del bajo, y la entrada César Zamalloa; del alejamiento de Claudia Salem de los coros dejando a Wicho García la pandereta que era prácticamente su sello de identidad; a pesar de los 08 CDs editados y cientos de conciertos ejecutados, hay algo en el grupo que no ha cambiado y que parece estar constituyéndose en un problema: su bajísimo nivel de interacción con el público durante los conciertos, aspecto que se repitió indefectiblemente durante el Concierto del Sábado 31.
Los “buenas noches” con que indefectiblemente inicia Wicho los conciertos, sus “all right”, “gracias, muchas gracias”, los “a su salud” mientras toma de su eterno termo adosado son, a veces, matizados con alguna frase suelta o la seguidilla del coreo del respetable (Mar de cooo, mar de cooo, mar de copas mar de cooo….), pero más allá de eso no hay más, y
el Perú de hoy ya no es el Perú de 1993
cuando inició el grupo, han venido, siguen viniendo y seguirán viniendo docenas de grupos de rock de todas partes del mundo que querámoslo o no generan nuevos parámetros de referencia y comparación para la audiencia: ver a íconos de talla mundial como Paul Stanley de Kiss colgarse de un cable para meterse 50 metros dentro del auditorio y tocar en medio de su público, ver a Paul Mc Carthy masticar español en el estadio nacional para empatar mejor con los miles que llenaron el Estadio Nacional, ver a Bon Jovi o a Bruce Dickinson de Iron Maiden acercarse al filo del escenario para movilizar con sus gestos y gritos los alaridos de sus huestes o sencillamente escuchar a Daniel F cuando cuenta cada historia detrás de sus canciones, marcan las antípodas de la propuesta de vinculación emocional de Mar de Copas.
La interacción con el público, el engagement que señalan los Social Media Managers, es una ausencia importante en el servicio de MDC, pero que finalmente puede defenderse señalando que es su estilo propio, pero hay otros puntos del servicio del 31 que sí marcan fallas inocultables y que provocaron mucha insatisfacción entre los que participamos:
Los teloneros
¿03 grupos teloneros en un solo concierto?, ¿era un concierto o era un festival?, por que ni siquiera temáticamente había organicidad en la propuesta, el primer grupo liderado por una mujer era un rock fuerte, el segundo una especie de trance techno – astral manejado por Pedro Navaja – sobrero de ala ancha y sobre todo negro – desde su Mac Air mientras una niña en tutú de ballet se contorsionaba en el escenario, y para cerrar se presentó un grupo de música tipo Erasure. No tengo nada contra la variedad, pero al menos debería haber coherencia, como Megadeth abriendo el cancelado concierto de Black Sabbath o Sebastian Bach como telonero de Bon Jovi. He ido por lo menos a unos 40 conciertos de rock en mi vida y jamás vi 03 teloneros abriendo un show.
El sonido
Una desgracia. Prácticamente no hubo canción del concierto en que Manolo Barrios no estuviera hablando, cada vez más incómodo, con los plomos del backstage ubicados al lado izquierdo del escenario para quejarse del más sonido de su guitarra, mientras por su lado, Wicho García hacía lo propio con los del lado derecho, quejándose con señas y ademanes por el bajo retorno que tenían sus audífonos. No sería sorprendente que la mala sincronización tenga su base explicativa justamente en el desfile de teloneros y estilos señalado anteriormente.
La impuntualidad
Una falta de respeto absoluta. En los boletos de Teleticket está escrito que el concierto comenzaba a las 09.00 p.m., siendo lógico y hasta natural pensar que uno esperaría una hora por lo menos, pero Mar de Copas rompió el hasta ahora imbatible record de impuntualidad que fijó Axel Rose de Guns & Roses: inició el concierto a las 12.45 a.m., el concierto convocado para el Sábado 31 de Agosto realmente se ejecutó el Domingo 1ero de Septiembre casi a la 1.00 a.m., 3.45 horas de atraso, del cual para complicar la situación, ninguno de los integrantes hizo alusión alguna y mucho menos pidió disculpas.
Me hace acordar a Eva Ayllón que tuvo una impuntualidad también alta en el Círculo Militar hace unos meses y cuando el público se quejó no tuvo mejor idea que mandar a los reclamantes a tomar su combi en la esquina, y la comparación no es descabellada si consideramos la inusual profusión de teloneros señalada.
¿Crónica de una impuntualidad anunciada?
Fue tal la demora que muchas personas comenzaron a abandonar el concierto entre la 1.45 a.m. y las 2.15 a.m. que yo me retiré frustrado por la pésima experiencia de servicio, pero por curiosidad científica me quedé en la puerta indagando al respecto encontrando respuestas como: “tengo permiso solo hasta cierta hora”, “nos están esperando en Barranco hace rato”, “tenemos otro tono”, etc.
Obviamente todas estas personas perdieron el valor de su entrada porque pagaron por un concierto que apenas pudieron disfrutar a medias, y dicho sea de paso, las entradas de la seguidilla de conciertos que Mar de Copas dio en Agosto – 02 anteriores en el Embarcadero 41 de Barranco – con ocasión del lanzamiento de sus nuevos CDs, tuvieron los precios más altos que he visto desde los inicios de la banda, lo cual puede estar totalmente justificado, pero Wicho & compañía deben estar a la altura del precio más alto que están cobrando. Y no lo están haciendo.
Una anotación final sobre la demanda:
El concierto fue un fracaso financiero estruendoso, estimo que no se llenó ni el 40% del local, la zona de adelante fue la más nutrida pero las 02 zonas posteriores estaban francamente desérticas, y eso que fue promovido y anunciado hasta la saciedad por Radio Oxígeno.
Soy tan fanático de Mar de Copas como lo soy del Marketing. Los últimos CDs del grupo son un viaje en el túnel del tiempo hacia sus mejores performances y sonidos iniciales, y justamente por que quiero seguir disfrutando de sus creaciones por más tiempo, les dejo este artículo para que entiendan que un grupo de rock, como cualquier otro producto o servicio, se debe a su público, a sus consumidores. No nos maltraten; no nos defrauden.
© Mercadeando S.A./ Centro de Innovación Tecnológica en Marketing
Mayo, 2013
Presidente: Luis Fernando Zelada Briceño
Simplemente pésimo como están manejando ese grupo, Una lástima.
Hola Daniel, ojalá que se enfoquen mejor y mejoren como oferta musical, si queremos ser cínicos, Axel Rose puede darse el lujo de maltratar al público por que las probabilidades que regrese a dar un concierto en Lima son de 1 sobre 10, fue una venta spot, pero si MDC vive de los conciertos locales, no puede seguir maltratando a sus consumidores. Cordiales saludos.
Después de mi amarga experiencia con el artículo sobre la comida peruana…digo amarga porque escribí como un libro para que me saliera un mensaje de error y todo lo que escribí se fue olímpicamente a la oportunidad de escribir nuevamente en este nuevo artículo.
Este Lucho mueve su pelota!…
Alguna breve discrepancia entre producto y servicio…pero nada importante, lo fundamental está allí…no han trabajado ESPECTACULO…lo mismo de siempre…la ley del menor esfuerzo.
Yo soy un rockero viejo que le gusta el grunge de Nirvana, la fuerza de Led Zepellin la maravillosa voz ablusada de Joplin y de los nuestros varios que ya no existen (Traffic Sound, Telegraph Ave., Frágil, Pax de mi amigo Miguel Flores y varios mas).
De Mar de Copas se poco y hay una cosa que no sabe Mar de Copas…que ahora con tu artículo…hubiese querido saber mas.
Pero hay algo imperdonable…creerse «diva»…ahí es cuando se empieza a perder.
Hola Manuel, gracias por participar. Te comento que cuando quiero poner respuestas muy largas las hago en Word y copy/paste en el blog, ya me pasó lo mismo de perder mis anotaciones por el dichoso código CAPTCHA, te puede servir. Sobre MDC, el creerse diva es un problema común, creo, a este tipo de sector de negocios, Axel Rose es el paradigma al respecto, pero afortunadamente tenemos ejemplos extraordinarios como el de Roger Waters (Pink Floyd) el 2007 que salió al escenario a las 09.00 con puntualidad inglesa habiendo anunciado todos los días previos que sería puntual, y mucha gente no le creyó y se quemó. Una demostración maestra de servicio al cliente por más «divo» que se pueda creer. Cordiales saludos.
Hay varias historias infelices de infelices. Pero como bien dices también hay de las otras. Metallica, por ejemplo, que estuvo desde las 3pm. en el estadio de San Marcos.
Si, ya aprendí lo del Word.
¿Todavía hay tiempo de comentar el artículo sobre comida peruana?
Hola Manuel, por supuesto que tus comentarios son siempre bienvenidos, ten presente que debates que para nosotros pueden ser antiguos para seguidores que recién se incorporan son nuevos y dejan sus anotaciones y se responden, te esperamos!. Cordiales saludos.
Soy fanático de mar de copas MDC, y no puedo creer que teniendo tanto tiempo en el mercado nacional, no hayan sido capaces de dar el gran salto, son una buena banda, creo que merecen dar e invertir en una oportunidad para ellos mimos.
Hola John, hay un tema de fondo y es ¿Qué es lo que quiere hacer / ser MDC?, durante años trabajaron como un grupo de culto, luego se volvieron súper concierteros con fuerte presencia en provincias, hay grupos / cantantes como por ejemplo Daniel F que están contentos con lo que hacen y no desean ir más allá, otros mas bien están de vuelta como Joaquín Sabina que ha declarado abandonar para siempre los grandes escenarios y en adelante dedicarse a tocar / cantar en cafés y tabernas. De gustos y colores…Cordiales saludos.
¿Puede gustarte la música de una banda, pero detestar a sus integrantes? Con MDC me pasa. Su música me acompaña desde hace años, pero desde que los ví en concierto prefiero solo escucharlos por radio o en el ipod.
Yo vivo en Los Olivos y esa banda casi nunca hace conciertos en la zona norte de Lima, así que cuando hubo la oportunidad me apunté con varios amigos. Recuerdo unos teloneros que venían de Cajamarca tocando Blues, realmente muy buenos y para ser nada conocidos se metieron al público al bolsillo. No pasó lo mismo con MDC que cerraba el show. El sonido estuvo pésimo desde el principio, se notaba que las guitarras no estaban bien afinadas y cortaron la duración de al menos 3 canciones. Y no olvido que encima se notaba que tocaban de manera más acelerada, como queriendo terminar e irse de una vez. La gente acostumbra al «otro, otro, otro» coreó y pidió una canción más, pero fue en vano, la banda dijo chau y se fue. Y esto lo he visto en festivales y otros conciertos. La verdad creo que se tienen demasiado metido eso de «divas» o «banda de culto», tanto como para decepcionar al público. Por lo menos de mi parte ya no he vuelto a ir a ningún concierto de ellos, mis amigos tampoco. Y de esto hace mas de 5 años.
Hola Patricia, lo que señalas lo he escuchado / vivido tantas veces que creo que podemos concluir que es una opinión representativa del – lamentable – comportamiento de la banda. Es interesante el caso que presentas: comentas que hace 5 años tuviste una mala experiencia de servicio con MDC y hasta ahora no has querido repetir el plato, es que técnicamente una mala experiencia termina siendo determinante para el consumidor al margen de las circunstancias que puedan explicar dicha falla inicial, te invitamos a leer http://mercadeando.com/blog/globalizacion-de-las-fallas-de-servicio/. Cordiales saludos.