La selección peruana ha cumplido ya más de 30 años sin ir a un mundial de fútbol, a pesar de haber pasado por ella cientos de jugadores de todos los orígenes, de todas las edades, de todos los clubes, de todas las provincias, de todos los colores, tamaños y hasta peinados. A nivel de Técnicos, nuestra selección durante esta sequía de más de 30 años ha sido dirigida por más de 12 profesionales igualmente variados: nacionales y extranjeros, ofensivos y defensivos, postores del estilo o pragmáticos, etc.

¿Cuál es la conclusión natural luego de 30 años de experimentación?, que el problema es estructural, que subyace a todas las pruebas señaladas y es de tal magnitud que ninguna estrategia funciona y que por más que traigamos a Marcelo Bielsa o al Pep Guardiola, al no haber una base de jugadores con un nivel mínimo de formación competitiva, cualquier genio del fútbol sale triturado de la Videna. Los problemas estructurales explican todas las fallas a nivel de actuación y entre los comentaristas deportivos más allá de sus preferencias, tendencias o simpatías, hay un consenso bastante importante en este aspecto: es imposible obtener resultados pues no existen las bases necesarias.

Si el lector está de acuerdo con el modelo de análisis desarrollado en los 02 párrafos antecedentes de este artículo, entonces tendrá que estar de acuerdo que hoy el branding como propuesta de estrategia de Marketing enfrenta la mayor crisis de su historia.

Hay un estudio desarrollado por IPSOS para la Sociedad de Empresas Periodísticas del Perú (SEPP) publicado por Gestión el 15.11.13 que ha pasado – demasiado – desapercibido por los profesionales del Marketing & la publicidad en el Perú, cuyo encabezado debería haber generado que ningún profesional peruano vinculado a la Publicidad pueda dormir hasta hoy: “64% de los peruanos no cree en lo que comunican las marcas”. Pero más demoledor aún es el sub-titular que no se puso pero que aparece como una cifra más en el tercer párrafo: “…el 33% de peruanos no confía plenamente en las marcas, ya que ven una disociación entre lo que ofrecen y lo que brindan”.

En otras palabras, el 97% de los consumidores peruanos no creen en lo que ofrecen las marcas, así de claro y directo.

La publicidad en el Perú se desarrollan de manera profesional mas o menos desde 1943 con el ingreso de Causa, año desde el cual en nuestro país operan desde las más grandes agencias de publicidad global como JWT, Grey, McCann, Y&R, etc. hasta las medianas y grandes de origen nacional (Circus, Mayo, Causa, Farenheit, Phantasía, etc.) contando obviamente las alianzas, fusiones y compras entre agencias nacionales y extranjeras sumando no menos de 600 empresas. El stock de profesionales de publicidad se estima en 3,000 profesionales actualmente y a nivel académico existen organizaciones especializadas como el Instituto Peruano de Publicidad – IPP, Tolouse Lautrec y universidades como UCAL, USIL, PUCP, UPN, UCV, USMP, etc. A nivel de Marketing e investigación de mercados, tenemos a todas las empresas agrupadas en APEIM que abarca desde transnacionales como el mismo IPSOS y CCR hasta locales como IMASEN, IMA, Arellano Marketing y otros.

Por otro lado, es oportuno fijar el concepto de branding, que es uno de los dogmas de fe de los publicistas:

Branding es un anglicismo empleado en mercadotecnia que hace referencia al proceso de hacer y construir una marca (en inglés, brand equity) mediante la administración estratégica del conjunto total de activos vinculados en forma directa o indirecta al nombre y/o símbolo (logotipo) que identifican a la marca influyendo en el valor de la marca, tanto para el cliente como para la empresa propietaria de la marca. (Wikipedia).

La lectura conjunta de los últimos 02 párrafos de este artículo, nos muestra que todo el amplio, diverso y heterogéneo tejido institucional y profesional de los publicistas y comunicadores, toda esta amplísima experiencia y background de los profesionales publicitarios nacionales y extranjeros, los entre US$ 800 a US$ 1,000 millones de dólares que las agencias de publicidad facturan anualmente a miles de empresas peruanas colisionan frontalmente ante el cruel espejo que nos muestra IPSOS: el 64% de los consumidores no creen en las promesas que hacen las marca y el 33% cree que no dicen toda la verdad, son vistas como Maccarthistas, adjetivo que alude al tristemente célebre senador norteamericano Joseph McCarthy que entre 1950/56 se convirtió en el paradigma de la falsedad, del descreimiento, de la mentira.

Seamos claros: el estudio de IPSOS para la SEPP pone al branding contra la pared, cuestiona de raíz su validez como estrategia desde sus nulos resultados, y nos obliga a hacer preguntas incómodas: ¿cómo es posible que todo el talento, esfuerzo, capacidad y experiencia de los recursos humanos involucrados en publicidad hace más de 70 años presente hoy un resultado catastrófico a nivel de branding?.

¿No será que el concepto mismo es inútil?, ¿no será que la propuesta misma de branding es irrelevante e imposible de aplicar por que el ser humano no está programado para asumirla?, ¿no será que, como los DT de nuestra selección, todo el talento de los profesionales publicitarios se desperdicia por que la apuesta conceptual del branding está equivocada?.

Lamentablemente no hemos encontrado estudios similares en otros países sobre el nivel de credibilidad de las marcas, pero desde nuestra experiencia, las cifras de IPSOS en Perú son perfectamente replicables en los más de 20 países en que hemos trabajado, porcentajes más o menos.

Ensayemos algunas hipótesis que expliquen el cataclísmico desastre presentado por IPSOS sobre la credibilidad de las marcas en el Perú:

  1. Todo el tejido profesional e institucional de publicista en el Perú es un “0” a la izquierda, tan redondo como el Círculo de Creativos Publicitarios recientemente formado. Muy poco probable desde nuestro punto de vista. Son tantas y tan diversas las experiencias y experticias que nos costaría asumir esta conclusión.
  2. El branding es una propuesta teóricamente muy simpática pero realistamente poco alcanzable. Bastante probable creemos nosotros. Cuando le preguntamos a los Gerentes de Mc Donald´s ® que es lo que venden, todos los que trabajamos en Marketing sabemos la respuesta de memoria: felicidad, pero cuando hemos preguntado a más de 300 personas de diferentes edades y niveles socioeconómicos por que consumen en Mc Donald´s ®, nadie hasta hoy ha respondido: “por que me hace feliz”, hablan de temas más terrenales como los muñecos que regala, los precios accesibles, la voluntad del hijo, la rapidez, sabor, etc.[1]
  3. Hay un divorcio estructural entre Publicidad y Marketing. En combinación con la anterior, es nuestra apuesta particular, de hecho la propuesta conceptual misma de branding es la muestra máxima de este divorcio, la que se refleja nítidamente en la publicidad del IPP cuando señalaba: “La marca es todo lo que te pones….”.

Pero olvidamos que lo que satisface al consumidor en sus necesidades / deseos racionales o emocionales, conscientes o inconscientes es un producto o servicio, no una marca; olvidamos que la marca es nada menos pero tampoco nada más que la representación de un producto / servicio, tanto como la palabra “perro” representa en nuestra mente a un animal doméstico con ciertas características. Parece que hemos olvidado a Ferdinand de Saussure y sus teorías base de la lingüística sobre significante y significado.

Y por dejar a Saussure en el desván los publicistas siguen hablando de branding, siguen diciendo que es la marca la que genera valor, hasta dicen que la gente se puede enamorar de una marca y a ese fenómeno algún gurú le llamó lovemark y puso de moda dicho anglicismo.

Craso error. ¿Qué aman las personas que tienen una mascota?, ¿al nombre del perro o al perro?. Jamás he visto a mi hija darle besos al nombre “Lucky”, pero cuando ve al perro que aparece moviendo la cola cuando dice en voz alta dicho nombre, no deja de apachurrarlo.

Las cifras de IPSOS son duras pero reales, son temibles pero urgentes de enfrentar. O asumimos que toda la industria publicitaria en el Perú ha fracasado estrepitosamente, o asumimos que estamos apostando por un concepto inasible e inaplicable, y regresamos a los fundamentos del Marketing, al eje de la satisfacción de cualquier necesidad o deseo, a los productos / servicios y a su calidad entendida como el grado de adaptación a los requerimientos del consumidor y situamos a la publicidad, junto con las otras 3 Ps, como satélites alrededor generando un ecosistema de valor para el mercado.

Sintomáticamente, durante los últimos meses hemos presenciado que figuras emblemáticas del círculo publicitario peruano como Luciana Olivares (BBVA Continental) y Jaime Chu (UPC / Gestión) ya han comenzado a explorar los límites de la publicidad divorciada del Marketing desde sus respectivas tribunas, pero eso ya lo desarrollaremos en otro artículo.

Por mientras, ¿qué piensan ustedes?, ¿el consumidor satisface sus necesidades / deseos con las marcas o con los productos?, ¿cuál es el rol real de las marcas en una estrategia de Marketing?, ¿se puede pensar en marcas sin la pre – existencia de productos / servicios que representar?, ¿qué nos dicen las cifras de IPSOS sobre el branding?, ¿cómo explicamos que luego de 70 años de desarrollo publicitario en el Perú el 97% de los consumidores no crea en lo que ofrecen las marcas?

El branding enfrenta un momento de definiciones: ha llegado su Hora Cero.

 Encuesta-Anual-del-Desarrollo-de-Marketing

 Mercadeando S.A./ Centro de Innovación Tecnológica en Marketing

Noviembre, 2013

Presidente:   Luis Fernando Zelada Briceño


[1] No faltará quien pretenda jalar agua para su molino acusando la falta de uso de insights (lectura de un externo sobre lo que se supone que piensa el consumidor) y neuromarketing (asumir que la activación de una o más neuronas explican todo por más que no tengamos forma de saber que hay dentro de ellas), lo que dejaría al branding como a Dios: hay que creer en él aunque no tengamos forma científica de comprobar que existe.