La serie peruana “Al Fondo Hay Sitio” es, sin lugar a dudas, un paradigma de nuestra televisión y como tal, crea y recrea nuevas formas de lenguaje y expresión que la sociedad adopta rápidamente, como el caso del “Cosito”, apelativo usado para identificar a uno de los personajes cuyo perfil es tan pusilánime, tan falto de carácter, que realmente es eso, una cosa, un objeto pequeño e insignificante, un “cosito”.
Preocupantemente, durante los últimos 03 años venimos percibiendo entre la comunidad profesional del Marketing una fuerte tendencia conceptual y operativa a lo que hemos denominado el paradigma del “consumidor cosito”.
¿Qué significa?
Es decir, ver al consumidor – que por definición es el eje de nuestra profesión – ya no como un sujeto sino como un objeto, como un espécimen de laboratorio al cual los doctores de la ciencia del Marketing analizan con una serie de pruebas e instrumentos y lo examinan interpretando ellos mismos sus acciones, tal cual se hace con los ratones de laboratorio y los chimpancés: no se les pregunta, se les observa.
¿Por qué?
Y es que históricamente las ciencias médica y antropológica han demostrado que la mayor diferencia entre los seres humanos y los animales[1] y los objetos, es nuestra capacidad de raciocinio, el pensamiento y la abstracción, la racionalidad, pero muchos profesionales del Marketing vienen pregonando con bombos y platillos que en el siglo XXI eso importa poco o nada, que lo que realmente nos debe importar es el inconsciente, lo inexpresado o inexpresable, los instintos primarios, los impulsos primigenios.
Este paradigma encuentra su operativización en 02 tendencias que gozan de gran aceptación profesional en la actualidad: el llamado Neuromarketing y los insights.
En el primer caso, la consigna es explícita y está documentada en todos los libros sobre el tema:
hay que concentrar los esfuerzos de Marketing en entender el comportamiento del cerebro primitivo del ser humano, lo que científicamente se denomina cerebro reptíleo. Este viene desde la época de las cavernas. Además, de dejar de lado todo lo que tenga que ver con el córtex cerebral, la parte del cerebro que justamente alberga los procesos racionales. Cualquier hincha del llamado Neuromarketing podrá testificar lo señalado y no podrá desmentirnos.
Siguiendo el concepto propuesto,
es válido concluir que para el llamado Neuromarketing el fundamento básico es considerar a los consumidores como meros animales, como hombres de Neanderthal o Cro – Magnon que no han evolucionado en lo más mínimo a pesar de los miles de años de historia de la humanidad; lo que satisfaga sus instintos, lo que provenga de su cerebro reptíleo – aún cuando sea auto-destructivo para él – hay que dárselo y ella debe ser la estrategia de Marketing. Mayor detalle sobre la crítica conceptual y técnica al llamado Neuromarketing pueden entrar a nuestro artículo: Neuromarketing: El paradigma del anti – Marketing. [2]
Nosotros en particular rechazamos este tipo de propuestas desde varios puntos de vista:
Desde un punto de vista humanístico,
Porque es rechazar nuestra propia naturaleza de seres racionales (aquellos lectores que aún crean que el 90% de las compras son hechas por un consumidor promedio son emocionales o irracionales, pueden leer la crítica conceptual y técnica de esta afirmación en: El Mito del consumidor irracional).
Ahora desde un punto de vista ético,
Porque si se trata de darle al cliente lo que sus instintos le piden, no nos quejemos del avance del narcotráfico; desde un punto de vista técnico, por que el llamado Neuromarketing ha demostrado no contar aún con validación científica[3] estadística alguna.
Hace varios meses en Gestión,
una querida colega de GFK publicó una columna de opinión comentando el posible uso de feromonas[4] como parte de la estrategia comercial de la empresa, detallando como ejemplo exitoso al famoso actor Clarke Gable, conocido por su gran performance conquistando mujeres, señalando que éste se frotaba sus pañuelos en los genitales y luego se los ponía en el bolsillo delantero del terno, lo cual explicaría su aceptación, ya que estas feromonas actúan sobre el nivel inconsciente de las damas.
Salvo mejor parecer, cuando un autor pone un ejemplo en un artículo a manera de ejemplo sin criticarlo, es porque lo asume como un modelo a seguir. Aparentemente entonces, bajo las banderas del llamado Neuromarketing todo es posible, aunque por higiene mental no quiero imaginarme que la siguiente corbata que me compre haya pasado por dicho proceso, aunque me cueste lo favores de la dama de mi interés.
Hay bastante evidencia como para concluir que el paradigma base del llamado Neuromarketing es, al final del día, el consumidor cosito.
La otra tendencia aludida, es el uso de los insights, cuya traducción sería más o menos “mirada interna” o “mirada desde adentro”, y su mecánica operativa consiste en hacer una serie de entrevistas en profundidad pero de las cuales el insighter no toma en cuenta las verbalizaciones de los clientes, la expresión de sus sentimientos e ideas, de hecho, la técnica del insight asume a priori que el 99% de lo que diga o exprese el consumidor no es válido, es decir, no importa en la práctica lo que él diga, sino lo que yo como insighter interprete de lo que él dice, pasando claramente de verlo como sujeto a verlo como objeto, o en el mejor de los casos como un animalito que no es capaz de comunicarse o expresarse usando el lenguaje, lo que nos lleva a formular un insight de los insighters:
Los consumidores son mentirosos empedernidos, por lo que no importa lo que digan, no sirve.
Este insight de los insighters es tan fuerte y sólido , que una de las más reconocidas profesionales del medio señaló hace unos meses que todo insight debe ser sorprendente, posición que ha sido compartida por nuestro caserito del Blog, Don Jürgen Klaric. Si se analiza la afirmación y se hace la pregunta ¿por qué un insight tendría que ser sorprendente?, la única respuesta posible es que no coincida con nada de lo que el consumidor haya dicho o expresado anteriormente.
Claro, si es un “cosito”, de que vale lo que diga.
Finalmente,
hay que señalar que la técnica del insight se complementa con una serie de observaciones no participativas sobre la conducta de los consumidores. Tal cual se hace con los ratones de laboratorio, con la diferencia de la escenografía, en el insight el escenario mayormente es natural o no controlado.
Una de las expresiones que hemos leído de manera más repetitiva entre los diferentes profesionales practicantes y usuarios del insight es, palabras más o menos, que:
“hay que identificar y apretar / accionar los botones / resortes emocionales del consumidor”.
Pero apretar / accionar es un verbo que grafica una acción proactiva – el apretador del botón / resorte emocional – y una pasiva – al que le aprietan el botón / resorte emocional -, implica un actor y un objeto actuado, y es tan comprobable que se le percibe como un objeto, que a pesar que son sus botones / resortes emocionales, no conocemos a ningún insighter ni agencia de publicidad – ellas son las primeras consumidoras de los insights – que le pida permiso para apretarlos al dueño de los botones / resortes, es decir, al consumidor.
¿Se imaginan las damas lectoras que van caminando por la calle y un muchacho las apriete sin siquiera conocerlas y menos aún pedirles autorización?
Considero un derecho fundamental de cualquier varón o dama escoger al varón o dama que los apriete. No respetarlo esboza el paradigma del consumidor cosito en su máxima expresión.
Para nosotros en todo caso, el paradigma del “consumidor cosito” es un enfoque muy peligroso que obedece a un apetito por vender, no por hacer Marketing. Pero como siempre, aceptamos todo tipo de argumentaciones en contra de los que quieran escribirlas en este blog. Las puertas quedan abiertas para recoger las opiniones y posiciones de los defensores de estas propuestas.
© Mercadeando S.A./ Centro de Innovación Tecnológica en Marketing
Mayo, 2013
Presidente: Luis Fernando Zelada Briceño
[1] Con todo respeto por los fanáticos de NatGeo, no nos enfrascaremos en este artículo en discutir las demostraciones científicas de la inteligencia de los delfines o de los monos. En cualquier caso, la racionalidad humana sigue siendo más compleja.
[2] Este artículo ha sido leído por casi 700 personas, según nuestros reportes de lectura del blog. Sin encontrar hasta la fecha ningún comentario en contra de nuestra argumentación. No deja de ser un indicador interesante.
[3] Ver artículo de Marketeros Nocturnos
[4] Las feromonas son sustancias afrodisíacas que emite algunos animales e insectos para promover el apareamiento. No son percibibles a nivel consciente por el ser humano.
Y qué del Psicoanálisis? esta tiene como objeto de estudio al inconsciente, y ha sido una gran teoría para llegar a conocernos mejor a nivel psicológico.
En mi opinión, el llamado Neuromarketing y los insights son muy importantes, el uso que se les dé a estos, éticos o no, es harina de otro costal, va a depender mucho de la clase de mercadólogo que aplíque las herramientas, lo que no desmerece los resultados de estas, que en su mayoría son acertados y válidos.
Pero si además los complementamos con el lado humanístico y racional podemos obtener estrategias contundentes, de eso no cabe duda.
Desde el punto de vista técnico, si el Psicoanálisis no pasa de ser «teoría», entonces al llamado Neuromarketing, que comparte el mismo objeto de estudio, le falta BASTANTE para obtener validación científica estadística alguna. Pero esto no la hace una herramienta inútil, ni la desmerece como tal.
Una pregunta: ¿porqué el «Neuromarketing» es llamado así?, si no es el Marketing en sí mismo, sólo es una herramienta de este. Tampoco es una nueva versión del Marketing, entonces ¿por qué llamarlo así?.
Es como si llamáramos a las encuestas «Encuestarketing» ¿o me equivoco?.
Hola Dominic, comienzo por lo último: ponerle como nombre Neuromarketing es solo una forma de «venderlo» de manera impactante, pero como bien señalas, no representa un concepto real. Últimamente veo que se viene hablando más de Neuroventas, ese sí sería un concepto más consistente para esta supuesta disciplina. Nosotros en particular desde antes hemos señalado que tampoco existe el Social Media Marketing o Marketing Digital, las RRSS son solo eso, medios, como la TV o el periódico, si existiera el Social Media Marketing, pues deberíamos hablar de TelevisiónMarketing, PeriódicoMarketing y otros. No va. Sobre el tema: he revisado docenas de artículos sobre insights, y reafirmo mi lectura que no hay nada allí «nuevo» que el consumidor no te haya podido decir con un buen focus group, nuestra crítica no es al insight en sí mismo sino al paradigma «lo que diga el consumidor no sirve» que es una de sus bases explícitas. Cordiales saludos.
Soy un «cocacolero»
De muy niño no existía los tamaños de 2 o 2.5 o 3 litros de Coca-Cola, el tamaño más grande era de el tamaño «familiar» que creo no llegaba a un litro.
Las economías del hogar eran muy duras y la existencia de una Coca-Cola familiar en la mesa del comedor de mi casa era casi una fiesta.
Por ese tiempo Coca Cola lanzó una promoción deliciosa…las miniaturas de Disney. Cada personaje de Disney los podías canjear con tres chapitas marcadas con el castillo de Disney en color rojo que venían en las chapas de las botellas pequeñas o con una sola chapa con un castillo en verde que venía en las benditas botellas familiares.
¿En dónde se canjeaban?…en el camión repartidor!!!
Allí estaba yo…mirando cada día por la ventana de mi casa en un segundo piso que daba a la calle, ya al a cual apenas alcanzaba, esperando al camión para salir corriendo con mis chapas y así canjear el muñequito que me faltaba.
¿Será esta la razón de que soy cocacolero?
Es posible..
No se trata entonces de racionalizar el acto de compra sino el por qué y ese por qué tal vez está en otra dimensión de nuestro cerebro…una dimensión no muy simple a los que los marketeros aspiramos llegar…de muchas formas
Fé de erratas
Donde digo:
No se trata entonces de racionalizar el acto de compra sino el por qué y ese por qué tal vez está en otra dimensión de nuestro cerebro…una dimensión no muy simple a los que los marketeros aspiramos llegar…de muchas formas
Quise decir:
No se trata entonces de «racionalizar» el acto de compra sino descubrir el por qué y ese por qué tal vez está en otra dimensión de nuestro cerebro…una dimensión no muy simple a los que los marketeros aspiramos llegar…de muchas formas.
Hola Manuel, gracias por participar. Uno de los puntos que más veo como gelatinosos del llamado Neuromarketing, es la conexión emocional que supuestamente subyace: el caso que señalas es tan personal y propio tuyo que no veo como extrapolarlo a otros casos, he escuchado testimonios de personas «cocacoleras» que dicen serlo por que les recuerda a su primera novia, otros dicen que a su abuela que se la compraba a escondidas de su mamá, otros por mil razones diferentes. Pretender «codificar» eso en una sola propuesta de valor me parece, francamente, inviable. Y para remate hasta la fecha hemos encuestado a más de 200 personas «cocacoleras» y cuando les preguntamos «¿Por qué consumen Coca Cola?», ninguna nos dice nada parecido a que las hace felices, que es la apuesta histórica de Coca Cola. O es que esa percepción es tan pero tan sub-consciente que no aparece en ninguna respuesta o tal vez debamos aceptar el hecho que probablemente no funciona. Cordiales saludos.
Lucho, muy amable por tener la paciencia de responderme.
El tema no es sencillo e indudablemente que pasa por las experiencias que tienes con el producto.
Por ejemplo yo encuentro a «Guaraná» asquerosa…pero mis alumnos dicen que es rica heladita. «Guarana» hizo un trabajo con niños….les repartió a «pasto» la bebida y educó a sus nuevos consumidores. Esa es su experiencia que indudablemente no es la mía.
Por otro lado las encuestas «racionalizan» las respuestas y justamente el truco está en que la respuesta no sea racionalizada. El problema reside en que el neo-córtex es el único que verbaliza y las investigaciones basadas en la verbalización quedarían inútiles en este caso.
Mira las encuestas que hace INEI, son certeras porque no hay ninguna emoción de por medio en sus preguntas: «¿tienes refrigerador?», «¿tu casa es de material noble?», «¿tienes cable?»
No salgo en defensa del llamado Neuromarketing, creo que hay mucho vendedor de sebo de culebra, pero que hay respuestas inconscientes…claro que las hay y distan mucho de las verbales. (pregúntale a los sicólogos) … éstas son las que se aspiran segmentar.
Un abrazo ¿cómo pasaron su día? (el día del padre)
Hola Manuel, gracias por participar y por tus saludos por el día del Padre, bastante tranquilo de nuestro lado, esperamos que también lo haya sido para tí. Sobre nuestra conversación, tu respuesta me permite reafirmar uno de los conceptos vertidos en el artículo. Uno de mis profesores de calidad total en la universidad decía: «Lo que no se puede medir, no existe». Si Coca Cola gasta millones de US$ en «vincularse emocionalmente» con el consumidor a través del concepto de «felicidad» y no hay forma estadística de validar que dicho objetivo se ha cumplido, aparte de algunos insights cualitativos o algunos EEG de Neuromarketing (que OJO, son interpretaciones del psicólogo, no afirmaciones del consumidor lo que abre la puerta a un conflicto de intereses, es como cuando el mismo vendedor de la empresa hace las encuestas de servicio al cliente), ¿Cómo sabemos que el objetivo se ha cumplido?. Si asumimos la imposibilidad estadística de medir un insight, estamos hablando de un acto de fé, de creer en algo que no se puede comprobar. Complicado. Una más: ¿qué piensas de lo que comenta Dominic?, ¿te parece coherente usar el término NeuroMarketing?. Un abrazo y gracias por tu constante participación.
Estimado Lucho:
También los que te enseñaron planeamiento seguro que te dijeron lo mismo.
El planeamiento plantea diferentes tipos de objetivos, algunos de ellos pueden ser cualitativos y sólo se verá si fueron logrados en la investigación comparativa entre periodos, no antes.
La vinculación emocional de Coca-Cola con el mercado objetivo corresponde más a su posicionamiento natural que a un insight.
Recordemos que ambas herramientas concluyen en mensajes publicitarios.
En el caso del mal llamado «neuromarketing» lo que se persigue es medir las respuestas subconscientes sobre estímulos («objetos») específicos (publicidad, envases, marcas, etc.)
Lo que la investigación de marras persigue es lo que indiqué: despojarse de la racionalidad del cortex ( que eso.. si creo que se trata de un cerebro «mentiroso»)
¿Con Dominic?…absolutamente de acuerdo…ya te lo había dicho…el marketing …ES UNO SOLO!
Hola Manuel, gracias por responder, en todo caso, no has rebatido la imposibilidad de medir estadísticamente las llamadas «vinculaciones emocionales» de las marcas con los consumidores, creo que podemos concluir que tal concepto no es medible y con ello dejamos a cada empresa que decida si quiere invertir o no en ello. Hasta la próxima.
¿Eres aliancista?
He dicho: «El planeamiento plantea diferentes tipos de objetivos, algunos de ellos pueden ser cualitativos y sólo se verá si fueron logrados en la investigación comparativa entre periodos, no antes.»
SI ES MEDIBLE!!!…
Que creas o no en ellos…es diferente…yo tengo mis reservas.
Gallina soy…
Hola Manuel, si señalas que los temas cualitativos pueden medirse estadísticamente sería bueno que muestres algún estudio que sobre una base representativa de consumidores muestre que las personas, por ejemplo, consumen Sublime por que «los hace felices» o algo parecido. No lo he encontrado ni en las misma web de Nestlé. No se trata de creer en ello o no, se trata de demostrar que, técnicamente, es posible, y hasta ahora, no hay evidencias de ello. De hecho, he buscado hace días y no encuentro ningún estudio estadístico que valide «vinculaciones emocionales» de ninguna marca con ningún segmento de mercado. ¿Cómo saber que existe dicha vinculación emocional?. Envié varios «inbox» a los principales «gurús» del NeuroMarketing y hasta ahora nadie me ha confirmado que haya hecho un EEG a una muestra estadísticamente representativa de consumidores que valide la docena de EEG que hicieron y sobre el cual sacaron conclusiones. Hasta ahora, aportar por el «NeuroMarketing» es un acto de fe, y si eres feligrés de dicha idea, bienvenida tu posición, nosotros preferimos apostar por algo más científico y menos «insighter». Cordiales saludos.
Estimad@s, un tocayo de Jürgen Klaric, el Sr. Jürgen Schuldtz, Economista de la Universidad del Pacífico de amplio reconocimiento también ha dejado sentada su posición respecto al llamado «Neuromarketing», pueden verlo en http://gestion.pe/tendencias/jurgen-schuldt-neuromarketing-se-aprovecha-nuestras-debilidades-vender-productos-2082911. Cordiales saludos.
Estimado Sr. Zelada, Muy querido profesor Cuadros, Eh leído y entendido en el rango de mis posibilidades todo lo referente al Neuromarketing; si bien yo elegí la carrera de Administración avocada a las finanzas, no deje de ver por lo menos de reojo al marketing, como una poderosa herramienta de trabajo, ahora laboro como asesor administrativo en un consorcio educativo, y eh encontrado muchos usos beneficiosos a lo que Ud. Profesor Cuadros me enseño en años anteriores. A lo que voy es que si bien eh encontrado abundante bibliografia sobre este tema en especifico, la entrevista sobre neuromarketing que señala el Sr. Zelada, sobre el economista Jürgen Schuldtz, no hace mas que continuar atormentando mi conciencia y mente durante ya mucho tiempo; cuando se le formula la pregunta: ¿Cuál es la sociedad ideal sin llegar a ser utópica? responde que se debe desarrollar tecnologías que desarrollen la mente y no el consumo en particular, sin embargo la frase que vuelve mas y mas a mi mente y que tengo como una espina clavada es la siguiente: «El planeta prácticamente ya está sobreexplotado en 20% de lo que puede soportar».
esto no hace mas que acrecentar un pánico interno sobre las economias poblacionales propuestas por el matemático Malthus, no solo en su densidad poblacional, sino también en lo referido a la explotación del planeta y la consecuencia sin reparo del cual solo el ser humano es responsable. creen ustedes que el ser humano tiene una venda sobre los ojos llamada «NEGACIÓN» o es solo un desvarío psicológico que busca mantener la costumbre por sobre el raciocinio evolutivo, podría verse esta Negación como una pared que el Marketing ah ayudado a levantar? (al integrar mas y mas cotidianidad a la psique del consumidor), y si fuese así, de que forma podría resarcirse?.
HOla Erickson, gracias por tu comentario. Creo que el tema es un poco más simple y se ubica a nivel de conciencia y cotidianeidad: es difìcil, por ejemplo, que una persona con piscina que jamas ha dejado de tener agua en su casa, asuma que el agua se está acabando, no es parte de su vivencia diaria que fija su realidad, o al menos la percepción de la misma. Al respecto, hay un amplio movimiento de toma de conciencia a nivel mundial, dentro del cual las estrategias publicitarias, y algunas de Marketing, vienen ayudando. Cordiales saludos.